miércoles, 11 de febrero de 2015

Es necesario explorar las maneras de transmisión de los conocimientos


La propuesta formativa va agarrando fuerza cada día más. Al parecer la artesanía como manifestación cultural deja en su aspecto más amplio saldos pedagógicos.

El proyecto más común, el que más se oye,  supera la frontera de alimentar y nutrir los talleres particulares y es el de dar talleres a las comunidades. Comunidades de todas clases: niños y niñas, parroquiales, escolares, entre otras. Es una propuesta en la que los compañeros están comprometidos, solo falta que el entorno sea propicio tras una planificación y organización básica. 

Otra idea expresada  en uno de los foros consecuentes, en la tienda Red de Arte de la plaza Bolívar, por Aracelis García presidenta de la fundación, fue la de que artesanos y artesanas pudieran enseñar personas de su comunidad en sus propios talleres. 

Quizás es la hora de empezar en la construcción de estas propuestas bajo las enseñanzas de nuestro Simón Rodríguez, bajo la premisa de “inventamos o erramos”. 

Por su lado, la Asamblea de Artesan@s de Caracas, en su sede de la Red Urbana de Cultura, organiza y ejecuta talleres de especialización de orfebrería y de trabajos en cueros, entre los mismos compañeros, confiando en el valor de cada artesano y artesana, apostando a la evolución del trabajo de cada uno. De la misma manera con el objetivo de confiar en la integralidad de la artesanía urbana como un bien de identidad local. 

Es una manera de preparar ese material humano que saldrá por las comunidades a multiplicar estos conocimientos.

Fuente: el Arte-Sano Mayo 2014


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