jueves, 12 de febrero de 2015

Macuquinas una moneda artesanal

Hoy en día, es muy común y normal ver monedas de la misma denominación, totalmente iguales. Esto es debido a que su ejecución es realizada por máquinas automáticas que producen cientos de moneda por minuto.

En Venezuela, circuló en el periodo colonial, unas piezas de plata  de formas muy irregular, provenientes de Lima, Potosí y México, las cuales fueron acuñadas en los siglos XVI, XVII y XVIII: estas son las llamadas Macuquinas.

La Palabra Macuquina proviene del quechua y del inglés “Pirate Money”.

Estas monedas son toscas, irregulares, muy mal recortadas, pero tenían el peso exacto y su aleación era bastante fina.

La fabricación era sencilla. La plata se fundía en barras, de igual forma y  peso,  se martillaban hasta formar planchetas o láminas. Estas planchetas se calentaban lo suficiente para poder hacer en ellas una impresión con un troquel, con golpes de un martillo pesado se lograba esta impresión. Las piezas con exceso de peso se recortaban por los bordes borrando frecuentemente los detalles, incluyendo la fecha. Es un trabajo totalmente artesanal y sería extremadamente rarísimo, ver dos monedas iguales.

Los valores de estas piezas fueron ½, 1, 2, 4 y 8 reales, eran muy bien aceptadas en el imperio hispano y fuera de él, sobre todo en el Caribe. Las piezas de 8 reales las llamaban “peso macuquino” o “peso fuerte”. Las palabras reales y fuertes han perdurado en el lenguaje venezolano.

Estas monedas presentaban por el anverso, una cruz equilateral de Jerusalén y en los cuadrantes, las insignias españolas: castillos y leones. Por el reverso representaba toscamente, las dos columnas de Hércules, el valor, la leyenda “plus ultra”, algunas iniciales y la fecha con 2 ó 3 números.

Con la guerra de independencia; ambos ejércitos necesitaban pagarles a sus tropas y acuñaban macuquinas porque estas monedas gozaban de buena aceptación en toda la provincia de Venezuela. En este periodo de 1812 a 1814, fueron fabricadas con objetos de plata que los habitantes de Caracas llevaron al cuño, obligados a entregarlos. También se incluían las alhajas de plata de la Catedral, que en principio eran objetos inservibles, de poca utilidad o piezas quebradas, aunque con el avance del ejército de Boves, se requisó todo el resto. Se les llamaron “macuquinas caraqueñas”.

En 1817 en la provincia de Barina, Páez hizo unas macuquinas de 1 y 2 reales, eran muy imperfectas. De igual manera, los realistas hicieron entre 1813 y 1814, monedas de 2 reales, en la provincia de Maracaibo.

Hoy en día, son muy raras ver estas monedas artesanales, se pueden apreciar en colecciones privadas, en libros de numismática y en la colección del Banco Central de Venezuela que está abierta al público.

Daniel Romero
Artesano de Caracas

Fuente: El Arte-Sano Mayo 2014

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