domingo, 9 de febrero de 2014

Plaza San Jacinto antiguo mercado colonial


A partir de las frecuentes tomas culturales artesanales en la Plaza El Venezolano por la esquina de San Jacinto,  se ha despertado el interés por saber los orígenes de este espacio público tan antiguo.

Antes de ser plaza y mercado, fue un convento de frailes dominicos cuyas huellas son el reloj de sol que todavía se encuentra en el centro de la plaza. En 1809 fue invadida por gente del mercado de la plaza Mayor (plaza Bolívar) cuyo espacio se hizo insuficiente, debido al crecimiento de habitantes de la Caracas de entonces. El ayuntamiento la habilitó para la venta de comestibles, en contra de la indignación de los frailes dominicos. “La excesiva concurrencia impedía el buen orden en el expendio de abastos y la mejor limpieza y aseo de la Plaza y conservación de la salud pública”

Los divinos oficios se vieron interrumpidos por el vocerío de la plaza, donde la aglomeración de personas y la confusión de bestias y carruajes. Desapareció el convento con el tiempo y el edificio sirvió de sede de la municipalidad, fue cárcel y la plaza siguió siendo mercado durante años. En 1875 se modernizó por decreto de Guzmán Blanco en los espacios del antiguo templo.

Era el centro de reunión comercial más importante de Caracas. Entre los productos más recordados resaltan las caraotas negras de Chacao, los duraznos blancos de Galipán, las naranjas galipaneras, los cambures titiaros, los aguacates de Guarenas y los quesos de cabra y de mano traídos de El Hatillo, la leche de cabra y de vaca. El Mercado de San Jacinto comenzó a decaer en 1948, y desapareció definitivamente a finales de 1953.

La Sra. Zoraida Risquez ha estado con anterioridad en las asociaciones de artesanos permisados por la alcaldía en la plaza El Venezolano  y luego retirados: “conozco la plaza el venezolano desde hace más de 25 años porque trabajé tanto en San jacinto como en la plazoleta, porque antes era un mercado, y traían alimentos de las hacienda, hasta la candelaria era una hacienda. Lo que mas traían era queso, plátano y casabe.

La plaza El Venezolano tiene una historia grandísima, sobre todo porque aquí nació nuestro libertador Simón Bolívar, es emblemática, está la casa natal, la catedral, el arzobispado y toda la aristocracia. Puras haciendas grandísimas con sus esclavos y todo muy pomposo. Hasta la esquina de las monjas, Simón Bolívar pasó a caballo por todas esas cuadras y todos esos espacios están acompañados de toda esta historia.

Detrás de la catedral había un cementerio y recientemente había dolientes que estaban vivos como los tataranietos, etc. Esa cuadra subiendo de san jacinto a la Urdaneta y mandaron a sacar los artesanos, eso fue como en los 80’s.

Entramos como en el 86, al principio nos poníamos como hippies en el piso, primero éramos como 20 o 30 artesanos y después poco a poco vinieron llegando más a ponerse hasta que nos exigieron otro tipo de exposición, que no fuera en el piso. Que pusiéramos mesitas con paraguas, después baúles, nos pidieron mesas rodantes con paraguas, todos convenios con la alcaldía, nos reprimieron mucho sobre las cosas que podíamos vender en nuestras mesas y que no. Cada vez que cambiaban un gobernador o alcalde nos sacaban, después llegábamos a acuerdos y nos dejaban. Hasta que se convirtió en un bochinche. Dejaron poner buhoneros y la policía no los sacaba para que se enfrentaran con los artesanos.  Y así,  sin permiso se fue llenando de buhoneros hasta que fueron más que los artesanos, decían que nosotros debíamos rescatar el espacio y nosotros no pudimos con eso porque éramos nosotros solos sin la autoridad municipal y no solamente eran buhoneros, si no que eran jugadores de barajas, bebedores de “aguardiente”, los que tenían el narcotráfico, los que dormían allí. Muchos artesanos por miedo no se enfrentaban a estas personas y decían: “déjalo allí que no te esta haciendo nada” sin saber las consecuencias de tener una persona así al lado de nosotros porque nos consideran a todos igual.  “No sólo tenemos la boca, hay que tener conciencia, si no tienes conciencia como vas a estar peleando por el estómago”

El 31 de Diciembre de 2007 nos sacaron definitivamente con un decreto del alcalde Freddy Bernal y nos hace ofrecimientos. No estaba el mercado de los buhoneros, lo hacen después que nos sacan a nosotros. Nos dejaron en el aire pero como los buhoneros son más, los metieron allá. Además les han dado préstamos, quemaron el mercado con pirotécnicos y les volvieron a dar prestamos porque ellos salen y trancan una calle. En cambio nosotros no hacemos eso. Los artesanos tenemos mentalidad de cuidar el ambiente, de conservar, somos creadores.

Dando gracias a Judith y las propuestas del colectivo de la Asamblea de Artesanos nos ha permitido este reencuentro con estos espacios que estaban perdidos y ahora pueden considerarse  como un espacio consolidado con estas ferias itinerantes. Y debería ampliarse a por lo menos dos días por semana, no todos los días porque el artesano debe fabricar”. Son las palabras de la Sra. Zoraida Risquez, querida compañera y colaboradora de la Asamblea de Artesan@s de Caracas.

Fuentes:
Zoraida Risquez

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