Yolanda Caracas nació en Boconó, estado Trujillo. Desde pequeña jugó con muñecas de trapo que su mamá hacía en los campos cafetaleros y rellenaba con aserrín o paja.
A los 17 años, Yolanda viajó a Caracas con su madrina. En la ciudad encontró el amor, se casó y se quedó aquí.
Hace veinte años esta artesana decidió seguir con la tradición que le enseñó su madre y que es parte de la tradición venezolana: las muñecas de trapo.
Sin embargo, es ahora que siente que su trabajo es tomado en cuenta.
En su tiempo libre, Yolanda hace muñecas que llama monigotes y muñecos negritos, estos últimos los ha bautizado como Lolitos.
“Las hago con tanto cariño y las quiero tanto que cuando se las llevan me pongo triste”, confiesa.
Sus muñecas han recibido varios reconocimientos y son conocidas dentro y fuera del país.Desde hace 15 años la muñequera de Boconó es parte de la Asociación Civil Cultural de Artesanos del Paseo de Bellas Artes, que hace vida en las afueras de la Universidad Experimental de las Artes (Unearte) los fines de semana.
