viernes, 25 de enero de 2013

Manos de Oro

Sandino elaborando libreta con pirograbado

En tiempos inmemoriales, cuando los primeros hombres sintieron hambre y mataron a una bestia para usar su carne como alimento, cuando sintieron frío y tomaron sus pieles para utilizarlas como vestido y calzado cubriendo su piel desnuda contra la intemperie, dieron vida al oficio más antiguo: la artesanía.

Podemos decir entonces que la artesanía es tan antigua como la humanidad. Es una de las manifestaciones culturales más apegadas al hombre, conservando su expresión primigenia y es básica en el desarrollo de su capacidad para la satisfacción  sus necesidades a través de su propia mano.

La artesanía como actividad mantiene su particularidad de diferenciarse del trabajo en serie o industrial, porque en ella se revelan las destrezas manuales y creativas de los individuos con criterios culturales intrínsecos. Se define por ser una labor productiva donde la estética es parte importante en el objetivo final. Algunos pueden definir la artesanía como la expresión de un término medio entre el diseño y el arte con gran carga de manifestaciones tradicionales y para otros la definición puede ser subjetiva. Muchos coinciden que en cada pieza se queda el espíritu del artesan@.

El indetenible progreso de la industria tecnológica ha relegado la artesanía a instancias más íntimas, y es precisamente esta circunstancia de exclusividad, lo que la hace especial y única. En su taller, el artesan@ logra piezas utilitarias u ornamentales, en ocasiones souvenirs propios de las diferentes regiones donde se reflejan inmersas su identidad local. Generalmente, se fabrica de manera individual o en pequeños grupos donde l@s trabajador@s son dueñ@s de sus propios medios de producción. De allí que veamos a la artesanía como un proceso transformador, de intercambio y con características sociales, como el ideal del trabajo en colectivo y comunitario, herencia de nuestras raíces ancestrales.

Estas son algunas de las premisas de donde se desprende esa actitud errante y nómada de algun@s artesan@s viajer@s, quienes ven en sus “Manos de Oro” la posibilidad de ganarse la vida y el sustento, cubriendo sus necesidades básicas,  donde quiera que se encuentren. En consecuencia, vemos que la artesanía más que un trabajo es una forma de vida para estos creadores, donde cada uno de ellos pone en evidencia ante un público transeúnte, su creatividad, su ímpetu, su alma y sus ganas de vivir.   


Fuente: Boletin Arte-Sano Septiembre 2012

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