martes, 6 de noviembre de 2012

Julio Rodriguez Revolucionario de nacimiento / Ciudada Css

FOTO AMÉRICO MORILLO/ Ciudad Css



23/09/12.- Julio Rodríguez es un artesano residenciado en el estado Miranda, en el sector Santa Lucía, que aprendió a trabajar con bambú hace 40 años. Desde ese momento se dedica a enseñar a la comunidad a realizar piezas en este material.
“Desde que nací en el año 1942 soy revolucionario de nacimiento y no de crianza”.
Ese mismo sentimiento es lo que lo ha llevado a servir de maestro en su comunidad sin recibir ningún beneficio económico.

Nació en El Tigre, y desde muy pequeño soñó con aprender un oficio que le permitiera trabajar por su cuenta y además enseñar a otras personas.


A los 20 años se mudó al estado Miranda, cerca de su casa estaba el Río Titire donde se produce el bambú. Fue ahí donde consiguió la herramienta ideal para aprender y enseñar a sus vecinos.
“La gente se interesaba por lo que hacía y me preguntaba cómo lograba esas piezas. Fue cuando me fui hasta el Instituto Nacional de Capacitación y Educación Socialista (Inces) y me capacité para darle talleres a la comunidad sobre la elaboración del bambú”, dijo.
Cada quince días organiza talleres populares a los que llama “las clasecitas”, en ellos les hace una breve demostración de artesanía a los vecinos.

“Primero les hago un paso a paso donde se explica cuál es la manera apropiada de trabajar el bambú sin dañarlo, luego los pongo a practicar con el mismo material”, explicó.
El trabajo de Julio ha sido reconocido internacionalmente, ya que a través de la Red Nacional Sistema de Trueke, a la cual pertenece, ha logrado enviar a otros países sus artesanías.
Hoy en día hace cinturones, jarras, pulseras de mariposa, collar de huesos, lámparas y todo lo que pidan hacer en bambú. Ese mismo material se los vende a la comunidad a precios solidarios. “Los precios van desde 15 hasta mil bolívares que son las lámparas porque es muy difícil elaborarlas, además tiene otros adornos”, dijo.

Este trabajo no sólo le deja producción económica, también satisfacción personal y profesional como facilitador de este oficio a las comunidades.
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FORMACIÓN

Julio Rodríguez se dedicó desde muy pequeño a trabajar por su familia, aunque no realizó estudios formales dice que aprendió la educación necesaria, la que le enseñaron sus padres.
Políticamente se viene formando a través de talleres que recibe en su comunidad y gracias al apoyo estructural que ha recibido de Fundacomunal.

“Aprendí lo básico de la Revolución gracias a las labores que vienen desarrollando las instituciones en los sectores populares de todo el país”, dice Julio.

Asegura que son muy pocos sus ratos libres pero mientras lo tiene lo aprovecha para leer.
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Sus cosas favoritas

Un Libro: Todos los de Rómulo Gallegos
Un Hooby: Las mujeres (risas), es lo mejor que ha creado Dios
Música Favorita: La salsa vieja
Un Cantante: Eusebio Rodríguez, mi papá
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TE PREGUNTO>

¿Qué has aprendido de la Revolución?

Aún no lo he aprendido todo, sin embargo, en estos últimos meses aprendí que la humildad es la mejor arma para sacar a un país adelante. También he aprendido a manejar público y transmitir mis conocimientos a otras personas. Esto es algo que no sabía hacer porque sufría de miedo escénico. Gracias a la preparación que he recibido en el Inces, ahora se manejar público y trabajar bajo presión. La Revolución ha transformado mi vida.
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RECUERDOS

Julio Rodríguez asegura que sus recuerdos lo han hecho ser una mejor persona, aunque algunos no son buenos ha aprendido de ellos. “Una vez cuando tenía 16 años mi papá me pegó con una correa por un error que cometí, me dolió muchísimo y nunca se me olvidó. Estuve mucho tiempo molesto con él pero al tiempo entendí que era necesario. Cuando fui padre por primera vez comprendí que a regaños también se aprende”.

El nacimiento de sus cinco hijos también es un recuerdo que ha marcado su vida, asegura que aprender a ser padre es una experiencia que debe vivir todo el mundo.

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