“Gracias a esta experiencia tejo desde piezas muy pequeñas, como un escarpín, hasta otras más grandes, como un vestido de playa”, señala.
Su trabajo se basa en la mezcla de colores, lo que dio como resultado su marca personal Mezklote.
“Me gusta combinar diferentes elementos en una misma pieza: desde telas y semillas hasta piedras de cuarzo. Me concentro en hacer piezas únicas y eso a la gente le gusta”, señala la creadora.
Tejer es para ella un ejercicio de creación profunda donde no existen normas, ni siquiera una rutina de trabajo específica. Por el contrario, prefiere crear conforme a su estado de ánimo.
“No tengo una rutina de trabajo específica: puedo tejer solo una hora diaria o pasar todo el día tejiendo. Tampoco lo hago cuando estoy molesta, porque después toda esa molestia queda allí, en la pieza, y luego se transmite a la persona que la vaya a usar. Prefiero ser siempre positiva”, dice.
En la actualidad prepara un taller de elaboración de collares y convoca a tejedoras del país a crear cosas nuevas.
“El tejido nos permite indagar dentro de nosotros mismos, y mi deseo es siempre romper con lo cotidiano”.
Fuente: Ultimas Noticias